martes, 14 de mayo de 2013

La obesidad infantil y los efectos de los medios electrónicos de comunicación






Es un hecho comprobado que el sobrepeso y la obesidad en  adultos y niños se ha transformado en un problema mundial  de carácter epidemiológico que con lleva graves repercusiones  en la salud y la calidad de vida de las personas y en los costos  de la atención a la salud de las mismas. Analizar las diversas  causas o factores que se relacionan con el origen y curso de  la obesidad permitiría practicar intervenciones tempranas a  nivel individual, grupal o poblacional que impidan el desarrollo del fenómeno. Uno de los factores que contribuyen a  la génesis de la obesidad infantil es el uso de los medios de  comunicación electrónicos, si se parte de la evidencia de que  la obesidad puede ser generada tanto por un estilo de vida  sedentario, como por la ingesta de alimentos hipercalóricos  (independientemente de la influencia genética en el proceso).  Este trabajo intenta resaltar la doble ubicación de los medios  de comunicación al respecto: los cuales fomentan tanto el sedentarismo como el aumento de la ingesta hipercalórica a  la vez. Este artículo de revisión está basado en investigaciones  y documentos recientes que tratan el tema.

DEFINICIONES Y DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA
Generalmente se evalúa la obesidad usando el Índice de  Masa Corporal (IMC), que se define como el peso en kilogramos de un sujeto, dividido por el cuadrado de la altura  en metros (Kg./m2). Un IMC por encima de 25 Kg./m2  es interpretado como sobrepeso y por encima de 30 Kg./m2  es obesidad (1). 
Actualmente más de mil millones de adultos presentan  sobrepeso en el mundo y al menos 300 millones de ellos son  clínicamente obesos. La obesidad y el sobrepeso suponen  el mayor riesgo para las enfermedades crónicas, entre las  cuales se destacan la diabetes tipo 2, la enfermedad cardiovascular, hipertensión y accidente cerebrovascular y ciertas formas de cáncer. Las causas fundamentales de la obesidad 
y el sobrepeso son: el aumento del consumo de alimentos hipercalóricos, con alto nivel de grasas saturadas y azúcar, y  la reducida actividad física.
La obesidad infantil es ya epidémica en algunas áreas  y está en aumento en otras; se estima que, globalmente, 22  millones de niños menores de 5 años presentan sobrepeso.  De acuerdo al Surgeon General de Estados Unidos, en ese  país la cantidad de niños con sobrepeso se ha duplicado y  la cantidad de adolescentes con sobrepeso se ha triplicado  desde 1980.
La obesidad da cuenta del 2 al 6% del total de los costos  de atención a la salud en muchos países subdesarrollados  (en algunos casos el cálculo estimado es del 7%); los costos  verdaderos son indudablemente mayores debido a que no  todas las repercusiones patológicas de la obesidad están  contempladas en los cálculos.
La creciente epidemia mundial de la obesidad refleja  los profundos cambios que están ocurriendo en las sociedades (como el predominio de un estilo de vida sedentario) y  patrones conductuales de las comunidades en los recientes  decenios. Mientras que los genes son importantes para determinar la susceptibilidad de una persona para ganar peso, el  balance energético está determinado por el ingreso calórico  y la actividad física. El crecimiento económico, la modernización, la urbanización y la globalización de los mercados  alimentarios son algunas de las fuerzas que subyacen en la  epidemia mundial de obesidad. La inactividad física o sedentarismo no es sólo un  tema relacionado con conductas individuales sino que está  relacionado con la falta de espacios como los parques, el  aumento de las multitudes, la contaminación ambiental,  el crimen, el tráfico y las dificultades para desarrollar un  deporte y una recreación sana (2). Aún en las áreas rurales  de los países subdesarrollados, los pasatiempos sedentarios  como ver televisión gozan de una gran popularidad que se  incrementa con el tiempo.
CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA OBESIDAD INFANTIL
La obesidad está asociada con significativos problemas de salud en la infancia y es un importante y temprano factor de riesgo en gran parte de la morbilidad y mortalidad del adulto. Los problemas médicos comunes en niños y adolescentes obesos pueden afectar la salud cardiovascular (hipercolesterolemia y dislipidemia, hipertensión), el sistema endocrino (hiperinsulinismo, resistencia insulínica, alterada tolerancia a  la glucosa, diabetes mellitus tipo 2, irregularidad menstrual),  y la salud mental (depresión y baja autoestima). El estrés  psicológico por la estigmatización social impuesta a los niños  obesos puede ser más peligroso que las  morbilidades médicas. Los niños y adolescentes obesos también pueden sufrir otras complicaciones y asociaciones como las  pulmonares (asma, síndrome de la  apnea obstructiva durante el sueño,  síndrome pickwickiano), ortopédicas  (genu varum, deslizamiento de epífisis  femoral) y complicaciones gastrointestinales/hepáticas (esteatohepatitis  no alcohólica). La probabilidad de  que la obesidad infantil persista en la  adultez se estima que se incrementa  desde aproximadamente el 20% a  los cuatro años de edad, al 80% en la  adolescencia.

En cuanto a los factores de riesgo, son evidentes en la obesidad  infantil las interacciones entre factores  genéticos, biológicos, psicológicos,  socioculturales y ambientales.
Como parte de estos factores mencionados, se destaca la actividad fundamentalmente sedentaria del tiempo libre, con una gran disponibilidad de  entretenimientos como la televisión,  los videos y los videojuegos. Además,  con el creciente proceso de urbanización ha habido un decremento en la  frecuencia y duración de las actividades físicas cotidianas de los niños, tales  como caminar a la escuela y hacer los  quehaceres del hogar.







http://www.medigraphic.com/pdfs/invsal/isg-2006/isg062g.pdf




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